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La Memoria Argentina

marzo 24, 2010 2 comentarios
Cuando llega esta fecha, uno o yo particularmente me pregunto: ¿Por qué se olvida o se pasa por alto una fecha tan importante como le del 24 de marzo? ¿Sera porque a la juventud no le interesa un tema tan relacionado con la política a la cual muchos le tienen desconfianza o miedo (un miedo que hizo que los jóvenes no se interesen en tanto en ese arte…)?
Sera porque justamente la ultima que generación de jóvenes que se intereso en la política termino masacrada vilmente por una cruel dictadura militar que se ensaño contra la gente que pensaba distinto, pero la gran mayoría pensó y piensa como ellos, como nuestros compañeros.
Por eso todavía no llego a entender como puede haber gente con la cabeza tan torcida
Como para pensar que alguien que piensa distinto tiene q ser secuestrado torturado y desaparecido para siempre…
Esta desaparición desencadeno la unión de la que es para mí la mayor y más fuerte organización del mundo “Las gloriosas madres y abuelas de playa de mayo” dos organizaciones q desde ya 34 años se encargan de buscar sin descanso a sus hijos y nietos
Ahora mas escuchadas y mas respetadas que antes ya que han sido tratadas tiempo atrás como las locas de la plaza… solamente por reclamar nada mas ni nada menos a sus hijos y nietos… Que irónico, ¿no?, que alguien tenga que reclamar a su propio hijo…
Pero así fue y después de muchos gobiernos de ocultamiento e injusticias ahora se está un poco mejor desde el punto de vista judicial ya que se encarcelo y condeno a varios represores, esos represores que en su momento dijeron que habían ganado la guerra contra la subversión (digamos… la guerra contra los que pensaron distinto)
Esa “guerra” dejo una mancha en la sociedad y en parte de la juventud que dudo que desaparezca con el tiempo.
Lo que espero que desaparezca es el poco interés en los hechos que nos acontecen a todos los jóvenes porque para aportar un pequeño grano de arena para que esto sea posible es que está Zorzal, un espacio donde poder opinar libremente, es “ley”
Por eso quiero terminar esto con una canción que dice así :
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos,
a pesar de los golpes
que asestó en nuestras vidas
el ingenio del odio
desterrando al olvido
a nuestros seres queridos.
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos;
que nos digan adónde
han escondido las flores
que aromaron las calles
persiguiendo un destino
¿Dónde, dónde se han ido?
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos;
que nos den la esperanza
de saber que es posible
que el jardín se ilumine
con las risas y el canto
de los que amamos tanto.
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos;
por un día distinto
sin apremios ni ayuno
sin temor y sin llanto,
porque vuelvan al nido
nuestros seres queridos.
Todavía cantamos, todavía pedimos,
Todavía soñamos, todavía esperamos…

30000 COMPAÑEROS DESAPARECIDOS ¡¡PRESENTES!!
Y A USTEDES MILITARES COMO A LOS NAZIS LES VA A PASAR A DONDE
VALLAN LOS IREMOS A BUSCAR…

24 de Marzo, Nunca Más.

Tengo voz, pero no la puedo utilizar.
Tengo ojos, pero me da miedo ver.
Soy un ser pensante, pero temo razonar.
Me encerraron, me quitaron mis ganas de
vivir.
Me torturaron por nada y por todo.
Sufrí encerrado en el antro más oscuro,
recibiendo solo insultos y golpes por pensar
distinto y creer que se puede lograr un
mundo mejor.
Hace años que no veo a mis amigos, a mi
familia, a mis hijos… ¿Estarán vivos?
A la noche, agotado de tanto sufrimiento
sueño con volver a verlos una vez más.
En contrapartida mi cuerpo está pidiendo a
gritos morir para no volver a sentir dolor, y
mi mente… mi mente ya no puede pensar en
otra cosa que no sea escapar de este agujero
de muerte.
Es en una mañana oscura, fría, sombría,
cuando me llevan a no sé donde,
mis ojos estaban vendados.
Se que es el último momento de mi vida, sé
que mis sueños mueren hoy.
me hubiera gustado pelear un poco más para
poder librarnos de la opresión…
entre mis lagrimas, de improvisto se asoma una
sonrisa, debido a que en mi corazón comienzo
a entender que esto no va a terminar así, que
la gente va a luchar por un mañana mejor,
lejos de la represión de este sistema inescrupuloso.
Se que los poderosos van a caer y van a ser
juzgados por esta masacre.
mientras tanto les ruego que me recuerden y
que recuerden a todos los que como yo pelearon
por un mañana mejor, por tratar de cambiar,
por tratar de ver, por tratar de sentir…
entre tanto odio todavía existe el amor que
nos tenemos los unos a los otros… entre
tanto dolor, me llaman «desaparecido».

Por Patricio Dominguez

Tengo voz, pero no la puedo utilizar.
Tengo ojos, pero me da miedo ver.
Soy un ser pensante, pero temo razonar.
Me encerraron, me quitaron mis ganas de
vivir.
Me torturaron por nada y por todo.
Sufrí encerrado en el antro más oscuro,
recibiendo solo insultos y golpes por pensar
distinto y creer que se puede lograr un
mundo mejor.
Hace años que no veo a mis amigos, a mi
familia, a mis hijos… ¿Estarán vivos?
A la noche, agotado de tanto sufrimiento
sueño con volver a verlos una vez más.
En contrapartida mi cuerpo está pidiendo a
gritos morir para no volver a sentir dolor, y
mi mente… mi mente ya no puede pensar en
otra cosa que no sea escapar de este agujero
de muerte.
Es en una mañana oscura, fría, sombría,
cuando me llevan a no sé donde,
mis ojos estaban vendados.
Se que es el último momento de mi vida, sé
que mis sueños mueren hoy.
me hubiera gustado pelear un poco más para
poder librarnos de la opresión…
entre mis lagrimas, de improvisto se asoma una
sonrisa, debido a que en mi corazón comienzo
a entender que esto no va a terminar así, que
la gente va a luchar por un mañana mejor,
lejos de la represión de este sistema inescrupuloso.
Se que los poderosos van a caer y van a ser
juzgados por esta masacre.
mientras tanto les ruego que me recuerden y
que recuerden a todos los que como yo pelearon
por un mañana mejor, por tratar de cambiar,
por tratar de ver, por tratar de sentir…
entre tanto odio todavía existe el amor que
nos tenemos los unos a los otros… entre
tanto dolor, me llaman «desaparecido».